Galileo y el sueldo mínimo

Tuve la oportunidad de estar presente en la Cámara de Diputados el día que fue aprobado el aumento del sueldo mínimo a $ 159.000, acordado entre el gobierno y la CUT. Los discursos aprobatorios tuvieron un alto contenido de la proverbial retórica latinoamericana, no exenta de críticas a los egoístas y malos empleadores.

Quizás la reflexión debiera ser: ¿Por qué es necesaria una ley para fijar un sueldo mínimo que claramente no cubre las necesidades básicas de una familia ?, ¿ qué estamos haciendo mal que impide que los sueldos sean mejores en forma natural y no a través de una ley?, ¿son los empresarios, o su supuesta codicia, lo que impide mejores sueldos?

Claramente, el monto del sueldo refleja el aporte que hace el trabajador al proceso de producción de bienes o servicios. Ciertamente, un obrero que mezcla hormigón con una pala ganará menos que quien lo hace en un camión betonero, pues éste produce más en menos tiempo. Un cajero de banco ha visto reducir su sueldo desde que el cajero automático lo reemplaza y produce 24 horas al día, los 365 días del año, no pide licencia ni aumento de sueldo, y cuando se reemplaza no hay que indemnizarlo. Sin duda, la automatización de las labores genera desempleo, y si paralelamente no se generan nuevas fuentes laborales, la cesantía hará más abundante la mano de obra. Sabemos que lo abundante es barato y lo escaso caro; mientas no se descubra cómo derogar la ley de la oferta y la demanda, esta realidad permanecerá inmutable.

Personalizar en el empleador al causante de los bajos sueldos, equivale al hombre que durante milenios creyó que el sol se movía alrededor de la tierra, pues era lo que veían sus ojos. Cuando Galileo sostuvo lo contrario, estuvo a punto de ser quemado en la hoguera por contariar lo que era evidente a los ojos.

A riesgo de ser quemado en la hoguera, sostengo que no hay peor negocio para el empresario que consumidores pobres, pues evidentemente éstos le comprarán menos, y sólo estará en condiciones de mejorar los sueldos cuando sus ventas aumenten.

Para generar nuevas fuentes laborales, se requiere inversión. Para ésta, se requiere incentivos y facilidades, pues como dijo Felipe González, "si tu patrón no gana dinero, ni Cristo te aumentará el sueldo o te conservará tu empleo".

Lo demás es tango.