El manoseado asunto del gasoducto boliviano ha hecho noticia esta semana. Tras el último apagón en Estados Unidos y Canadá, hay voces que dicen que su infraestructura eléctrica es propia de un país tercermundista, lo que explica la urgencia con que se quiere resolver el tema.
Gonzalo Sánchez de Lozada, se encuentra en la encrucijada de decidir el puerto de salida para el gas tarijeño: si elige Chile, es amenazado por sus opositores de incendiar Bolivia; si elige Perú, los financistas no aceptan.
A Chile le interesa que el gas salga por Patillos (u otro puerto chileno), pero dudo que esta obra sea la solución de nuestros problemas. El oleoducto Sica Sica lo avala, como asimismo los gasoductos desde Argentina. El beneficio podría venir en la medida que se instalen empresas que requiera energía abundante y barata. La inversión de 5.000 millones de dólares comprende bienes que Chile no produce (la planta de licuefacción), por lo que dudo que mas allá del 20 % de esa suma quede en Chile.
¿Por qué no nos quieren los bolivianos? No creo mucho en la respuesta obvia, creo más bien que Chile no ha tenido una política de Estado para conducir las relaciones con nuestros vecinos. El comercio con Bolivia representa menos del 1 % del comercio exterior chileno. Desde Santiago el tema no es prioritario, pero sí lo es para nuestra región, pues son nuestros principales clientes.
Gestos amistosos, que son fáciles de asumir no los tenemos, como el trato en frontera y pequeños detalles más. Cuando fui consejero regional solicitamos que se permitiera el ingreso de bolivianos a nuestro pais sólo con un documento de identidad, no necesariamente el pasaporte (que tiene un alto costo en Bolivia), petición favorablemente acogida por nuestros cancilleres, pero aún no se concreta los buenos propósitos.
Si queremos incrementar el turismo desde ese país, debemos reducir todo tipo de costos para competir con otros destinos. Si no, qué sentido tiene mejorar aeropuertos, carreteras, invertir en infraestructura, si nosotros mismos nos hacemos zancadillas.
Perú se vio beneficiado cuando permitió el ingreso de chilenos sólo con cédula de identidad. ¿Por qué pueden entrar a Chile viajeros argentinos, brasileros, uruguayos, paraguayos, ecuatorianos y colombianos solo con cédula, y no los bolivianos?
Hace algunas semanas sostuve una reunión con el ministro del Interior, a quien le recordé que en su período de canciller apoyó esta petición. Explicó que la materia corresponde a Interior. Se comprometió a adoptar esta medida tras algunas consultas a la Cancillería, asegurando que en algunas semanas tendrá la respuesta.
El apoyo de las autoridades locales a esta medida sería bastante más productiva que otras luchas con muy poco destino. Y haríamos algo concreto para que los bolivianos nos empezaran a querer.
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