Tras el estudió que hizo la Agencia japonesa JICA acerca de la situación de los acuíferos de la región, se determinó que, al ritmo de extracción, el de Azapa colapsaría entre el año 2005 y 2010. Ante la gravedad de la situación se buscaron posibles soluciones y el MOP, a través de la Dirección de Obras Hidráulicas propuso instalar estas barreras a fin de cumplir 3 funciones: recargar el acuífero, almacenar el recurso y evitar la llegada al mar de estas aguas que enturbian las playas.
Entonces, el director nacional del DOS, Eduardo Bartholín, me expuso en mi calidad de presidente de la Comisión de Fomento Productivo del Core, que ésta era la única solución viable por varias razones; una era el costo, pues él estimaba que una represa de hormigón costaría mínimo 50 millones de dólares, y la rentabilidad del proyecto era negativa, dado que el valle tiene 3.000 hectáreas resultaría un costo de US$ 17.000 por hectárea, lo que era aproximadamente cien veces el costo por hectárea en el resto del país. Adicionalmente, como estas aguas son muy barrosas, se irían acumulando lodos en su fondo que con los años harían perder su capacidad de embalse, y su limpieza era tan cara como construir otra represa. Este problema se obviaba con las barreras de goma, pues éstas se desinflarían para limpiar el fondo cuando bajara el río.
El costo estimado de esta solución era de 7 millones de dólares, uno por barrera, el que se financiaría de acuerdo al convenio firmado con el MOP, 6 los aportaba ese ministerio y 1 fondos regionales. Se financió un estudio por 70 millones de pesos para determinar los lugares donde serían instaladas las barreras, y, oh sorpresa, el estudio determinó que esta solución no era la adecuada, a pesar que en su momento vinieron los técnicos del MOP a Arica a exponer las bondades de este proyecto a la comunidad, que en su gran mayoría lo estimó altamente conveniente. Requerí que los consultores expusieran al Core las razones de este inentendible cambio de opinión, pues o el estudio estaba errado o los técnicos del MOP habían engañado a la comunidad. Esta exposición nunca se hizo, por lo menos hasta que fui consejero regional.
El último estudio costó 1,5 millones de dólares, más de lo que costaba a la región instalar las barreras, y tras ese gasto ahora sabemos que la solución vale 50 millones de dólares, y que no los tenemos.
En todo caso el proyecto para hacer navegable el río Mapocho contempla instalar barreras de goma. ¡Exijo una explicación!
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