Saturday, July 23, 2005

Referéndum boliviano

El próximo 18 de julio los bolivianos acudirán a las urnas para decidir el destino de sus reservas gasíferas. Las opciones son mantener la situación actual, que otorga garantía jurídica a los inversionistas que invirtieron en prospección del gas, o de lo contrario nacionalizar los hidrocarburos, para lo cual el estado boliviano debería indemnizar a los inversionistas extranjeros con más de 3.000 millones de dólares, que obviamente Bolivia no los tiene, según ha dicho su ministro de hidrocarburos.

Otra de las opciones que se consultan, es si los bolivianos están dispuestos a vender gas a Chile a cambio de que nuestro país les entregue una salida soberana al Pacífico. Bastante inconducente la pregunta, por cuanto aunque tenga un 100% de aprobación, en Chile tendrá un 100% de rechazo, y es necesario para que una negociación fructifique, que ambas partes estén de acuerdo en sus términos. ¿En razón de qué Chile va a regalar territorios para que nos vendan gas, si otros países nos ofrecen vender gas sólo a cambio del pago del mismo?

Sin duda, las decisiones internas bolivianas son soberanas y no nos corresponde inmiscuirnos, pero si podemos emitir opinión sobre ellas cuando se refieren a nuestro país, y en este sentido se puede entender este llamado a plebiscito, dado que la debilidad política del Presidente Mesa le impide tomar decisiones políticas difíciles, por cuanto se podrían repetir los desórdenes que llevaron a la renuncia del Presidente Sánchez de Losada.

Dudo que el nivel de información que tiene el pueblo boliviano le permita opinar con los conocimientos técnicos y económicos para adoptar la mejor decisión para su futuro. Es muy posible que se vote con más pasión que razón, lo que los podría condenar a seguir sobreviviendo por largos años en la pobreza.

Como es de esperar, Bolivia se encuentra hoy sumida en una gran discusión nacional, con opiniones absolutamente contrapuestas, ya sea entre sectores políticos, entre regiones o entre dirigentes empresariales que advierten el peligro de que Bolivia pierda toda confianza para la inversión extranjera.

Las decisiones difíciles son las que hacen la diferencia entre los grandes líderes y aquellos que pasan a la historia sin pena ni gloria. Traspasar al pueblo la gran responsabilidad es demasiado fácil, así lo hizo Poncio Pilatos, a quien por esto no se le recuerda con aprecio en el mundo cristiano. Quien no sepa llevar los pantalones es mejor que deje el lugar a quien sí lo puede hacer. Y esto es válido en todo el mundo.

En todo caso le deseo lo mejor a Bolivia. Al final no hay mejores vecinos que vecinos ricos.