Parecían imágenes de ficción en una entrevista de TV, las declaraciones de un industrial boliviano lamentándose por las pérdidas que le generaba el racionamiento de gas a su industria.
¿Cómo es posible que en el país con las segundas mayores reservas de gas de Sudamérica, esta energía esté racionada? La respuesta es obvia; cuando no se entregan las seguridades para la inversión, ésta huye y los problemas comienzan a aflorar en el corto o mediano plazo. Casi con certeza Argentina vivirá el mismo problema en un futuro cercano.
Las parafernálicas escenas de Evo Morales hace algún tiempo nacionalizando las plantas de gas y petróleo, junto a aquellas firmando acuerdos con Venezuela, Cuba e Irán, contrastan con las de los ciudadanos haciendo filas para obtener un balón de gas, además de estar advertidos que el racionamiento permanecerá por lo menos hasta el 2009.
En la última asamblea de la ONU, Evo pidió al mundo más inversión en Bolivia, mientras en EE. UU. el ministro de hidrocarburos, Carlos Villegas, trata de convencer a los inversionistas de que en Bolivia existe plena certeza sobre las inversiones y la seguridad jurídica, lo cual lógicamente aumenta las suspicacias y dudas acerca de cuál es en definitiva el camino que pretende tomar el gobierno boliviano para lograr desarrollar el país, y superar su ya histórica condición de país más pobre de Sudamérica.
Los líderes empresariales muestran su creciente preocupación por la política exterior, la cual privilegia acercamientos con los países que más dificultades tienen con los EE. UU., con lo cual arriesgan perder su mercado y la ayuda de ese país, a cambio de tratados de dudosa utilidad, como por ejemplo con Cuba, con quien el intercambio llegó a US$ 6 mil ( si, 6 mil ) en un año.
Queremos, pero tememos invertir, por lo cual Bolivia es el país que menos inversión extranjera recibe en la región, y no hay que ser doctorado en Harvard para descubrir las razones, señala el presidente de los empresarios.
No hay duda que el dinero es lo más cobarde que hay en el mundo, al primer indicio de peligro hace las maletas, y es como el gato que se quema con agua hirviendo, ve el agua fría y huye despavorido, y en Bolivia, lamentablemente, se han escaldado muchos inversionistas, por lo que los cantos de sirena no se escuchan.
No es alentador el panorama para Bolivia, y tampoco para Arica, pues son nuestros socios naturales, y en la medida que prosperen, también lo haremos nosotros, pues nuestra economía es más dependiente de la situación de los países vecinos que de la de nuestro país... lamentablemente.
Sunday, January 27, 2008
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