¿Recuerda usted que hace unas pocas décadas nuestro país se veía estremecido periódicamente con las alzas del precio del dólar (o desvalorización de nuestra moneda)? Las críticas al gobierno eran agudas, las quejas de vastos sectores hacían tambalear a los ministros, y la inflación se retroalimentaba con las devaluaciones.
Hoy vemos con asombro críticas y quejidos similares, pero por una razón absolutamente opuesta a la situación anterior: la baja del dólar y el fortalecimiento del peso chileno. Hace 20 años para comprar una UF se necesitaba 15 dólares, aproximadamente; hoy, son necesarios casi 40 dólares, lo que muestra la brutal desvalorización que ha sufrido la moneda estadounidense. Las razones son varias, pero principalmente por un enorme déficit en su comercio exterior, así como en el gasto del gobierno.
El actual valor del dólar favorece en varios aspectos, como en la baja en los precios de productos importados como la electrónica, y alzas menores en otros, como alimentos y combustibles. Los exportadores de bienes que no han subido sus precios internacionales se ven fuertemente afectados, pues reciben menos pesos por dólar exportado, y sus costos internos han aumentado por la inflación y otros como energía y salarios, sin poder traspasarlos a precio.
La autoridad monetaria tiene un campo restringido en el cual actuar para disminuir los efectos negativos sobre los sectores afectados, sobre todo si consideramos que el pequeño tamaño de la economía chilena no tiene ninguna posibilidad de atenuar los problemas de la economía norteamericana, causa principal de la baja del dólar.
Uno de los caminos es incentivar el desvío de las exportaciones hacía países de Europa o Japón, cuyas monedas se han apreciado frente al dólar, estimular la salida de dólares del país, eliminando el tope de las inversiones de las AFP o de privados en el exterior, aumentar la eficiencia de la economía chilena, etcétera, etcétera. Pero todas estas medidas tienen un límite, tras lo cual el problema persistirá.
Ante esta situación, cabe la pregunta: ¿Estará llegando el tiempo en que el dólar deje de ser la moneda de referencia del comercio exterior?
No soy yo la persona adecuada para iniciar este debate, pero no cabe duda que alguien deberá colocarle el cascabel al gato para evitar seguir siendo afectados por la irresponsabilidad en el manejo de la economía estadounidense.
Sunday, January 27, 2008
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